Un estudio de
la Universidad de Columbia, recientemente publicado en la
revista American Journal of Public Health, ha analizado los
costes y beneficios derivados de parte de las actuaciones del
programa Caminos Escolares Seguros de la ciudad de Nueva York (Safe
Route To School)
Estas
actuaciones, realizadas en el entorno de 124 escuelas de la ciudad de
Nueva York se centraron en aspectos relativos a la seguridad vial,
incluyendo transformaciones de cruces y pasos de peatones, mejoras de
aceras, creación de vías ciclistas, mejoras en la señalización y
calmados de trafico. La inversión total ascendió a 10 millones de
dolares y fue realizada en el contexto de la U.S. Safe, Accountable,
Flexible, and Efficient Transportation Equity (SAFETEA) Ley de 2005,
que se planteaba como objetivo lograr una mayor seguridad vial y
potenciar el caminar y el uso de la bici como medio de transporte.
La
metodología empleada fue un modelo Markov para estimar los impactos
a largo plazo de los Caminos Escolares Seguros sobre la reducción de
las lesiones y los ahorros asociados en costos médicos, incapacidad
permanente y muerte derivados de accidentes. Las entradas del modelo
incluyen los costos sociales (en dólares de 2013 ) y se observaron
los cambios espacio-temporales en las tasas de lesiones asociadas a
la siniestralidad vial.
En resumen por cada dolar invertido se obtuvieron unos retornos de 23 dolares. Es decir un beneficio neto global para la sociedad 230 millones de dólares. Estos resultados son espectaculares teniendo en cuenta que la investigación no estudia los beneficios del programa, para el medio ambiente (reducción de emisiones contaminantes, gases de efecto invernadero, etc...) o los relativos a la salud humana, derivados de los cambios en los hábitos de vida y la adquisición de pautas de movilidad activa.
La conclusión
final del estudio es que los proyectos de Safe Routes to School
(Caminos Escolares Seguros) reducen la siniestralidad vial y ahorran
dinero a largo plazo, generando un beneficio social de $230
millones.
El artículo
fue publicado en American
Journal of Public Health: July 2014, Vol. 104, No. 7, pp. 1294-1299.